En un contexto global atravesado por la incertidumbre, la polarización y el desencanto social, el juez de la Corte Ricardo Lorenzetti presenta El liderazgo del caos: cómo reconstruir un proyecto común en un mundo fragmentado, su nuevo libro publicado por Siglo Veintiuno Editores. La obra propone una lectura profunda del presente y una invitación a repensar el liderazgo político y social desde una perspectiva humanista, democrática y plural.

Desde las primeras páginas, el autor plantea con claridad el eje central de su propuesta: abandonar los modelos de poder concentrado y autoritario para dar paso a un liderazgo capaz de convivir con la complejidad, la diversidad y el conflicto. “La propuesta de estas páginas es concreta: una nueva narrativa humanista”, escribe Lorenzetti, y define al “liderazgo del caos” como una forma de conducción que no busca controlar todas las variables, sino articularlas a partir de valores compartidos y emociones colectivas.

Un diagnóstico del presente: crisis múltiples y fin de ciclo

El libro parte de un diagnóstico contundente sobre el agotamiento del modelo político y social heredado de la modernidad. Lorenzetti analiza la creciente desconexión entre dirigentes y ciudadanía, el colapso ambiental, la desigualdad económica, la revolución tecnológica —con especial énfasis en la inteligencia artificial— y la fragilidad emocional de las sociedades hiperconectadas.

Lejos de atribuir estas crisis a líderes o partidos individuales, el autor sostiene que se trata de un verdadero fin de ciclo. “Vincular la frustración de un modelo con un oponente o adversario singular es identificar erróneamente las causas del problema”, afirma, y advierte sobre los riesgos de una política basada en la construcción permanente de enemigos, una lógica que históricamente ha derivado en autoritarismo y deterioro democrático.

Dos partes para pensar el presente y el futuro

Dividido en dos grandes secciones, El liderazgo del caos propone primero un mapa del presente bajo el título “Ellos y nosotros”, donde se examinan las múltiples fracturas que atraviesan a las sociedades contemporáneas: la crisis de representación, la pérdida de grandes proyectos colectivos, el miedo al futuro y la sensación de orfandad política.

La segunda parte, “Hacia una democracia reflexiva”, ensaya posibles respuestas. Allí, Lorenzetti plantea la necesidad de un rediseño institucional que permita a la democracia funcionar en contextos de alta complejidad, liderazgos que conduzcan sin autoritarismo y una narrativa común que devuelva al futuro su potencia imaginativa.

Liderar el caos: valores, límites y sentido colectivo

Uno de los conceptos centrales del libro es la idea de que gobernar en el siglo XXI implica “liderar el caos”. Para Lorenzetti, no se trata de imponer orden desde arriba, sino de ofrecer un marco ético —“guardarraíles”— que permita orientar el desarrollo tecnológico, económico y cultural sin perder de vista la dignidad humana.

En ese sentido, introduce la figura del líder como “narrador moral”, alguien capaz de articular los conflictos de la época, darles sentido y proyectarlos hacia un horizonte común. En un mundo donde la tecnología avanza más rápido que las instituciones y la economía se rige por dinámicas globales, el autor insiste en que sin valores compartidos cualquier proyecto político corre el riesgo de naufragar.

Una apuesta por la esperanza y la comunidad

El libro se cierra con una serie de propuestas concretas orientadas a transformar el sistema político, económico y tecnológico, y con una apuesta explícita por una “sociedad de soñadores”. Lorenzetti imagina un futuro donde la creatividad, la solidaridad y el sentido de comunidad vuelvan a ser los motores de una democracia viva.

Con una prosa clara y reflexiva, El liderazgo del caos no se limita al diagnóstico ni cae en el apocalipsis fácil. Por el contrario, encuentra en las ideas dispersas de una ciudadanía cansada pero activa las semillas de un nuevo comienzo. Se trata, en definitiva, de una invitación a recuperar la imaginación política y a reconstruir un proyecto común en medio del desconcierto contemporáneo.